Silvio, la historia de un hijo.
Silvio Ceccon es un pergaminense hijo de Luis Francisco Ceccon, desaparecido durante la última dictadura cívico militar en el año 1978. Tiene dos hijos estudiantes, Ramiro y Lautaro, y trabaja en la construcción con el oficio de albañil. A Silvio le gusta el fútbol, la pesca, juntarse con amigos y –cuando tiene tiempo- participa en los reclamos colectivos por justicia y derechos vulnerados.
-¿Cómo estaba conformada tu familia? ¿Eran militantes de algún partido u organización política?
-Al momento de la desaparición de mi padre él no vivía con nosotros, yo vivía con mi mamá y mis tres hermanas mayores: Nancy que tenía seis, Maricel que tenía ocho y Liliana con diez.
Mi papá trabajaba en la Policía de Investigación de Junín y militaba en Montoneros aunque su labor social más visible lo había desarrollado en el barrio que vivíamos junto con jóvenes de la Iglesia San Vicente de Pergamino, conformaba un grupo llamado Emanuel. Este era un proyecto de construcción de vivienda por mano propia. También participaba de la comisión de fomento del barrio.
- ¿Cómo era vivir en esa época?, ¿Con qué miedos se vivía?
-No tengo recuerdos muy precisos de cómo la sociedad vivía esos tiempos tan particulares pero sí puedo decir con certeza que nuestra vida familiar, a partir de la ausencia de mi padre, cambió drásticamente: si antes éramos pobres nos volvimos casi indigentes.
Mi mamá se volcó mucho a la Iglesia y a mi casa ya no venía tanta gente, bah, en realidad ya no venía nadie; antes eran muy habituales las reuniones de militantes y amigos.
No podría afirmar que había miedo pero puedo sí suponerlo. Tengo presente sobre todo la tristeza de mi madre y su desolación ante esa situación que nos tocó vivir.
-¿Qué es el 24 de marzo para vos?, ¿Qué significado le das?
-El 24 de marzo como fecha conmemorativa nos pone en agenda un suceso en la historia argentina que no debemos repetir ni olvidar. Ese día la Junta Militar se hace cargo del Estado, nos gobierna, vulnera nuestros derechos, detiene, secuestra, asesina y desaparece personas por su ideología o militancia con el pretexto de instalar el orden y la seguridad. Lo hizo con la complicidad de sectores civiles privilegiados como por ejemplo medios de comunicación, que invisibilizaron sus atrocidades o las disfrazaron con mentiras, por eso la búsqueda de verdad ¿no?
Cada 24 de marzo una parte de la sociedad intenta concientizar al resto, llamar su atención, contarle que es muy importante que se interese por lo que pasó, que es necesario tomar parte y no olvidar, es imprescindible que el pueblo pueda reflexionar sobre lo ocurrido.
-¿Recuerdas el día que tu papá desapareció?, ¿Estabas ahí?, ¿Cómo fue?
-El 16 de mayo de 1978 se llevan a mi padre, no tengo recuerdos de ese día, como te comenté antes él últimamente no estaba en casa. Yo supe más tarde que él no iba a volver más aunque lo esperamos por años.
Tenemos esa fecha de referencia porque ese día había sido citado en la comisaría y una testigo lo vio salir de ahí, contó que a unas cuadras lo subieron a un auto y desde ese día no supimos más nada.
-¿Cómo pudieron encontrar el cuerpo y quien o quienes identificaron que era él?
-Después del retorno de la democracia se forman varios organismos de DDHH que seguían buscando a sus hijos, a sus nietos y a sus padres, parte de esos organismos es el equipo de antropología forense que estaba abocado a la recuperación de restos y su identificación. Recién a partir del año 2003 con el cambio de gobierno tanto los recursos para estas investigaciones como las políticas de DDHH se amplían intensamente. Es así que se puede establecer fechas y lugares más precisos en los restos encontrados y trabajar en ellos.
Se hace una campaña de análisis de sangre con familiares de desaparecidos y se toman muestras para hacer la constatación de ADN con los restos que ya tenía este equipo. Obvio que esto fue un proceso largo y de mucho trabajo. Mis hermanas-dos de ellas porque una había fallecido- y yo recién en el 2009 mandamos las muestras de sangre y en el 2011 dan con los restos de mi padre, es decir que, se da conocer que esos restos son compatibles con nuestra sangre, el ADN demuestra que hay un lazo genético muy fuerte. Luego se investiga el proceso de esos restos y se descubre que habían sido hallados en un cementerio de Gral. Lavalle, estaban ahí desde diciembre de 1978 y lo habían encontrado junto a otros diez cuerpos que el mar había devuelto. Las pericias indicaban que los cuerpos habían sido arrojados en los famosos “vuelos de la muerte” desde un avión al mar y quién sabe por qué error de cálculo la marea los había devuelto a la costa.
El 4 de agosto de 2011 le dimos cristiana sepultura junto a los restos de mi madre que ya había fallecido en el 93.
-¿Cómo consideras que es correcto conmemorar esta fecha? ¿Cuál debe ser el rol de los organismos de DDHH frente a esta?
-Existen organismos de DDHH que ponen en valor esta fecha y marcan potentemente este día, después la sociedad elige si participar o no. Lo ideal sería que el total de la población tomara conciencia y se interesara en el tema pero bueno “lo ideal es enemigo de lo posible” dicen. Por suerte existen estos organismos como la CPM a nivel provincial, las Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo, HIJOS, ahora NIETES, entre otros. Son organismos ya reconocidos, respetados y valorados por algunas instituciones del Estado, eso les da un lugar preponderante a la hora de gestionar o generar recursos para poder instalarse en la sociedad y llevar su mensaje.
Tampoco me tengo que olvidar de lo significativo que es a nivel local y zonal la Asociación por la Memoria y los DDHH. Ellos siempre estuvieron cerca nuestro, nos guiaron, nos acompañaron, nos mostraron el camino de la participación y además siempre mantuvieron viva la memoria recuperando datos y haciendo una labor muy muy invisible a veces. Hacen un trabajo excepcional en el acompañamiento, gestión, organización y contención de las víctimas de casos más actuales. La función que cumple este organismo es fundamental e imprescindible. Quería dejar esto en claro cómo mi reconocimiento personal a esa gente maravillosa.
- ¿Qué es la memoria, la verdad y la justicia para vos?, ¿Crees que jurídicamente hablando se hizo justicia? ¿Y socialmente?
-Memoria, verdad, justicia, no es casual el orden de esas palabras y el reclamo latente. Para lo acontecido en esos tiempos la memoria es fundamental y en esto el arte tiene una función vital porque tiene la capacidad de tomar un hecho de la realidad y darle una impronta más emotiva, ya sea con la fotografía, la pintura, el cine, la escritura, todas las ramas. La justicia sin verdad no existe. Para que se haga justicia es imprescindible saber todo verídicamente.
Creo que jurídicamente hablando no se ha hecho justicia, faltan juzgar muchos culpables, hay diferentes jerarquías que no han sido sentados en el banquillo, muchos de ellos han muerto, siguen nietos sin aparecer (a menos para recuperar su identidad) y gran parte del poder económico cómplice de los militares beneficiados con su gestión tampoco ha sido juzgado.
Socialmente falta pero vamos camino a eso. Aquella generación que se perdió en esa época tiene una mirada esperanzadora. De hecho los jóvenes adolescentes de hoy están mayormente de acuerdo con que los derechos no se negocian y están dispuestos a salir a las calles y luchar por ello, creo que eso es bueno.
Hoy sigue vigente la necesidad de ocupar espacios para reclamar y manifestarse por justicia, ese pedido no cautiva y es importante acompañar a las víctimas en todo lo que podamos.
-¿Qué significó para vos la vuelta a la democracia?
- En el 83 yo cumplía diez años, aún no tenía conciencia de lo que era un estado de bienestar democrático, no votaba y casi que no decidía sobre nada en mi pobre vida. Creo que recién descubrí la cara política y partidaria en el nefasto segundo periodo de Menem. Algunas cosas llegaron tarde a mi vida. Además de triste estaba muy enojado con mi padre y su abandono, tomar conciencia de lo sucedido me llevó mucho tiempo.
-¿De qué manera las nuevas generaciones tenemos que seguir levantando la bandera por la memoria, la verdad, la justicia y los DDHH?
-Creo que las nuevas generaciones van bien encaminadas y con más probabilidades de éxitos en sus luchas. Por ejemplo, es admirable el empoderamiento de las mujeres en los últimos años, es un ejemplo con muchos logros visibilizar ese poder colectivo, es formidable para llenarle el camino a otros que también van en pos de sus derechos y están en lucha. La búsqueda de verdad y justicia son el horizonte al cual los jóvenes y toda la humanidad debe apuntar. Ojalá la vida nos encuentre siempre en esa senda.
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