Santi Maratea: el "mesías" del siglo XXI.
Sabemos que los problemas estructurales en nuestro país son grandes pero ¿por qué comparar el rol del Estado con el de un influencer?
Ya hace un par de meses el influencer Santi Maratea inicia campañas por Instagram para juntar dinero y así solucionar X problema. El último caso fue el de los 35 deportistas olímpicos que tenían que viajar a los Sudamericanos de Atletismo en Ecuador y el ENARD no podía cubrir los gastos. A consecuencia de esto, Maratea inició campaña y llegó a recaudar más de 6 millones de pesos.
A raíz de esto, el público fundamentalista de él en las redes sociales salió a decir cosas como: “Lo mandas a Santi Maratea a negociar con el FMI y te trae vuelto” o “Pongan a Santi Maratea a negociar por las vacunas que para el miércoles estamos todos con 2 dosis”.
Más allá de lo gracioso o divertido que puedan sonar estas frases, creo que así se está desestimando y despreciando (y mucho) el rol del Estado y la militancia. Porque, observando un poco, das cuenta de que estos mismos que ayudan con X causa que Maratea inicie o que dicen por redes sociales comentarios como los ya mencionados, son los mismos que avalan políticas que destrozan a las clases populares. Pero como acá la campaña la lleva a cabo un cheto de Recoleta y no un pibe que cobra el Progresar, está todo ok.
Además, tenemos que entender que este acto de que “el príncipe azul” que nos va a salvar a todos y todas recaude plata por Instagram para causas nobles no soluciona ningún problema estructural.
Está buenísimo que un influencer junte dinero para solucionar algunas problemáticas pero es imposible comparar eso con el rol del Estado.
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