Memoria, verdad y justicia
El parque de la memoria o Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado es un espacio público ubicado en la ribera del Río de la Plata en la ciudad de Buenos Aires. Este, se creó en el año 1998, a partir de la sanción de la Ley 46 de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y representó un gran avance en el reconocimiento a las víctimas del genocidio y terrorismo de estado llevado a cabo por la última dictadura cívico - militar.
Este espacio es un ambiente muy tranquilo y pacifico que lleva a la reflexión y a entender por qué debemos decir nunca más. En él, hay distintas obras de arte contemporáneo que nos llevan a reflexionar sobre lo que significó el último golpe de estado cívico militar. La que más llamó mi atención y que más me sensibilizó fue la obra “Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado”. Este monumento comprende distintas murallas con el nombre, el apellido y las edades de las y los desaparecidos durante el mal llamado “proceso de reorganización nacional” y años anteriores.
Observar estos muros al compás del sonido de la naturaleza, me llevó a reflexionar y me retrotrajo a muchas situaciones, una de ellas fue la que sucedió en la escuela Normal de mi ciudad, escuela pública de la cual egresé y la que le debo mucho de la estudiante que soy hoy. Hace unos días fue el día del detenidx desaparecidx y los pibes y pibas del centro de estudiantes del Normal hicieron un mural en homenaje a las victimas del terrorismo de estado, esta obra fue intervenida por un profesor que puso algo como “donde dicen que son 30.000, verifiquen la fuente” Esto salió en algunos de los medios de la ciudad y causó un revuelo de opiniones donde leía cosas negando a la dictudura y al genocidio que no podía ni soportar leer.
Me pone muy mal cuando no se entiende el significado del “fueron 30000” y se reducen a datos sumamente cuantitativos que reducen a números las atrocidades cometidas por la última dictadura. Por eso leer esos nombres, apellidos, edades en esos muros también sirve para darle identidad a los actos violentos y repudiables que cometió el mal llamado “proceso de reorganización nacional” y decir “nunca más”
Además esos muros me interpelaron a mi en cuanto adolescente ya que muchos de los desaparecidos tenían aproximadamente mi edad, no podía dejar de pensar en que si hubiese estado en esa época era como si alguno de mis compañeros con los que estaba haciendo la visitara o yo misma desapareciera en manos del estado.
Y también me retrotrajeron a los testimonios de las personas que había investigado para taller en conmemoración del 24 de marzo.
Como dice la frase: “Porque sabemos la verdad, hacemos memoria y exigimos justicia”
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